Primera viñeta de los tres hombres. Siervo 1: Nuestro amo tiene muy mal humor hoy Juan, es mejor que no te distraigas y dejes de hablar. Siervo 2: Nuestro amo es un malnacido! Un mal rayo le caiga! Siervo 1: Silencio que se acerca! Siervo 2: Al cuerno con el amo, no puedo soportar esto más! Amo: Juaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan!(mientras le da un latigazo) A trabajar o estarás toda la semana sin comer! Siervo 2: A sus órdenes señor!
Jardín: unos hombres están trabajando como cada mañana en el cuidado de su jardín cuando llega el abad. Este monta en cólera porque los dos trabajadores han realizado el símbolo comunista con sus herramientas de trabajo: una hoz y un martillo. Esto representa la unión de los trabajadores, algo que, por supuesto, no le hace mucha gracia al abad.
El Hermano Carlos era uno de los miembros más queridos de la comunidad, y un gran amigo del Hermano Vladimir. A ambos les encantaban los cómics de Stan Lee, y lo cierto era que tenían una ideología algo adversa a las doctrinas de la Iglesia Católica. Sin embargo, en el fondo de su ser albergaban la bondad necesaria para darse a la vida religiosa y compartir el regalo de la fe con aquellos que lo necesitaran.
A menudo, el Padre Smith reprendía a ambos cuando trabajaban en el campo, pues es donde más aparentes se hacían sus ideas.
¡Es el cumpleaños de la abuela! Toda la familia se reúne en casa de la cumpleañera centenaria y celebra el festejo entre risas y regalos. Pero, el mejor regalo está todavía por llegar. A medida que avanza el día, los miembros de la familia dejan la casa para encargarse de sus quehaceres personales y dejan a la abuela sola. Es entonces cuando la señora recibe la mayor sorpresa: una pila de platos con tarta seca difícil de rascar.
Es el cumpleaños de la abuela Clotilda. Como cada año, el sábado de la semana de su cumpleaños nos hemos reunido en su casa para celebrarlo con una comida. ¡Qué divertido! Hemos comido manjares -la abuela es una experta en la cocina- que hemos acompañado con una buena botella de vino con el que hemos brindado. La abuela ha soplado las velas y tras darle nuestros regalos nos hemos marchado.
Hoy a la mañana me he percatado de que no ayudamos a la abuela a recoger. En las celebraciones siempre se utilizan uno, dos y tres platos, muchos vasos y multitud de cubiertos. No sé por qué tendemos a ensuciar más, suele justificarse manifestando que es un comida o cena especial. Y en este caso, de la tarea se ha encargado una sola persona. Pobre abuela. Todos nos deberíamos concienciar, ya que con la colaboración de todos, se tarda menos y es más justo.
Los hermanos de la orden trabajan sin descanso en los huertos y tierras de la abadía. Todos trabajan duro y sus ideas empiezan a ser las mismas. Pronto se darán cuenta de que hay un opresor, el abad. El abad se da cuenta de esto y les da una buena reprimenda, pero el cambio ha empezado y una bandera roja se alzará en el campanario.
Una mujer en biquini acapara todas las miradas de la playa mientras seca su cuerpo con una toalla. Entre todos los hombres que la miran, destaca el pensamiento de Damián, quien desea jugar una partida al ajedrez. De hecho, Damián lleva obsesionado con este juego desde que perdió la partida contra su sobrino de seis años, y por tanto, se siente derrotado y no va a parar hasta superarse y logar ganarle una partida a alguien.
Viñeta 3 Lucrecia es una mujer explosiva, todo el mundo queda prendado por sus atributos femeninos. En la playa, mientras se desata el pareo de un modo sugerente, los hombres de alrededor la miran pasmados. Sin embargo, entre ellos se encuentra Marcelino, que no sintiendo interés en sus enormes protuberancias, considera que la mujer es necia, pues su cuerpo sensual y su actitud seductora así lo reflejan. Válgase del ignorante si supiera que Lucrecia es una Drag Queen de gran belleza y cuatro carreras universitarias, pero claro, como vivimos en el mundo en el que vivimos, la mujer no es más que su cuerpo y por él siempre será juzgada. Para algunos será necia, para otros un trozo de carne, pero Lucrecia, ante todo, será una persona.
En la primera imagen, podemos ver un monje cortando plantas con la hoz y otro clavando algo con un martillo. Cuando ambos levantan las dos herramientas a la vez, desde el punto de vista del abad, aparece la representación del comunismo. El abad enloquece al ver ese símbolo, dado que el comunismo está en contra de la iglesia, con lo cual los propios monjes están representando un símbolo que está en su contra.
Dos frailes están trabajando de sol a sombra en el huerto para poder recoger la cosecha y así tener algo que llevarse a la boca. Todos sabemos que los frailes no gozan de riquezas. Viven en juntos en un viejo monasterio bajo las mismas condiciones, sin embargo, fray Perico quizás por su mal genio, quizás por los años que lleva ahí, es especialmente respetado por lo demás. Un hombre serio, regio, que no aguanta el ruido ni las bromas. De repente se ha acercado al huerto para supervisar el trabajo de sus dos compañeros, y como si de un despiadado jefe se tratara, ha comenzado a gritarles y reprenderles. Según él no están siendo lo suficientemente productivos. Según él están demasiados felices. Irónicamente cuando ambos frailes, del susto de sus gritos, levantan sus aperos de labranza forman el símbolo comunista. ¡Es una señal divina! La revolución está aquí.
Juan era un hombre diferente a los demás, pues su inteligencia superaba lo terrenal. Un día se encontraba en la playa descansando, tras una dura jornada laboral, cuando observó la siguiente escena: una mujer de altas cualidades físicas pasaba por una zona repleta de hombres. Todos la contemplaban con una mirada acosadora, mientras se estaba desvistiendo para adecuarse al entorno de la playa. Ese panorama lo entristeció porque todos baboseaban mientras observaban el radiante físico de la joven, sin tener en cuenta su inteligencia u otras cualidades que pudiera tener, más allá de las físicas.
Por todo ello, Juan, a diferencia de los demás hombres, no pensaba en las curvas de la joven, sino que fue más allá e imaginó cómo sería jugar una partida de ajedrez con ella como contrincante.
Juan antepuso la inteligencia de aquella mujer a su físico porque es, precisamente, lo más importante que tenemos. El físico viene y va, pero la inteligencia es algo que se cultiva y es lo que realmente nos define.
El primo del zar Pichulevki II, Pepe Trajín, ve cómo sus sirvientes organizan una manifestación con tintes comunistas. Otra vez. Ya les avisó tres días atrás que no iba a tolerar más comunismo en la huerta. Siempre estaban con lo mismo, y cuando les gritaba palabras muy anti comunistas, ellos aterrados, se miraban confusos entre sí.
Pepe Trajín suspira: «otra muerte más del comunismo».
Segunda viñeta: - ¡Por fin nos juntamos toda la familia!
- ¡Un brindis por la abuela! ¡Que cumpla muchos más!
- A ver si la vieja se estira y me deja la casa de la Costa Brava en herencia. - Sí, sí, yo le he regalado un kit de tricot para ver si me tiene en consideración a la hora de repartir. - No sé, yo creo que todavía le quedan un par de añitos hasta que la palme. - No me extraña que nadie esté hablando con ella, se ha quedado muy pa'llá con el parkinson la pobre...
- ¡Uy, qué tarde es! Tengo que dar de comer al pez. - ¡Ay va, cariño! Hay que ayudar a Miguelito con los deberes de lengua. - ¡Adiós abuelita!
- Serán cabrones...todo el día cocinando y fregando para recibir una mierda de regalos. Si supieran que todo mi oro se lo daré a mi cubanito Marcelo.
-Ahí viene, nos ha pillado. Esta vez estamos perdidos… - ¿Cómo osáis, gañanes, de dedicar vuestro tiempo a las labores? Eso es cosa de comunistas, ¡el enemigo! ¡Cuán de perdidos estaríamos si fuésemos como ellos! Trabajadores… ¿Además, cuántas veces os tengo que repetir que desde hace ya algún siglo eso ya no nos corresponde? Nuestra tarea es rezar y…hablar con Dios y…dialogar con el Señor y….
Primera viñeta de los tres hombres.
ResponderEliminarSiervo 1: Nuestro amo tiene muy mal humor hoy Juan, es mejor que no te distraigas y dejes de hablar.
Siervo 2: Nuestro amo es un malnacido! Un mal rayo le caiga!
Siervo 1: Silencio que se acerca!
Siervo 2: Al cuerno con el amo, no puedo soportar esto más!
Amo: Juaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan!(mientras le da un latigazo) A trabajar o estarás toda la semana sin comer!
Siervo 2: A sus órdenes señor!
Jardín: unos hombres están trabajando como cada mañana en el cuidado de su jardín cuando llega el abad. Este monta en cólera porque los dos trabajadores han realizado el símbolo comunista con sus herramientas de trabajo: una hoz y un martillo. Esto representa la unión de los trabajadores, algo que, por supuesto, no le hace mucha gracia al abad.
ResponderEliminarEl Hermano Carlos era uno de los miembros más queridos de la comunidad, y un gran amigo del Hermano Vladimir. A ambos les encantaban los cómics de Stan Lee, y lo cierto era que tenían una ideología algo adversa a las doctrinas de la Iglesia Católica. Sin embargo, en el fondo de su ser albergaban la bondad necesaria para darse a la vida religiosa y compartir el regalo de la fe con aquellos que lo necesitaran.
ResponderEliminarA menudo, el Padre Smith reprendía a ambos cuando trabajaban en el campo, pues es donde más aparentes se hacían sus ideas.
¡Es el cumpleaños de la abuela! Toda la familia se reúne en casa de la cumpleañera centenaria y celebra el festejo entre risas y regalos. Pero, el mejor regalo está todavía por llegar. A medida que avanza el día, los miembros de la familia dejan la casa para encargarse de sus quehaceres personales y dejan a la abuela sola. Es entonces cuando la señora recibe la mayor sorpresa: una pila de platos con tarta seca difícil de rascar.
ResponderEliminarTexto 2.
ResponderEliminarEs el cumpleaños de la abuela Clotilda. Como cada año, el sábado de la semana de su cumpleaños nos hemos reunido en su casa para celebrarlo con una comida. ¡Qué divertido! Hemos comido manjares -la abuela es una experta en la cocina- que hemos acompañado con una buena botella de vino con el que hemos brindado. La abuela ha soplado las velas y tras darle nuestros regalos nos hemos marchado.
Hoy a la mañana me he percatado de que no ayudamos a la abuela a recoger. En las celebraciones siempre se utilizan uno, dos y tres platos, muchos vasos y multitud de cubiertos. No sé por qué tendemos a ensuciar más, suele justificarse manifestando que es un comida o cena especial. Y en este caso, de la tarea se ha encargado una sola persona. Pobre abuela. Todos nos deberíamos concienciar, ya que con la colaboración de todos, se tarda menos y es más justo.
Los hermanos de la orden trabajan sin descanso en los huertos y tierras de la abadía. Todos trabajan duro y sus ideas empiezan a ser las mismas. Pronto se darán cuenta de que hay un opresor, el abad. El abad se da cuenta de esto y les da una buena reprimenda, pero el cambio ha empezado y una bandera roja se alzará en el campanario.
ResponderEliminarUna mujer en biquini acapara todas las miradas de la playa mientras seca su cuerpo con una toalla. Entre todos los hombres que la miran, destaca el pensamiento de Damián, quien desea jugar una partida al ajedrez.
ResponderEliminarDe hecho, Damián lleva obsesionado con este juego desde que perdió la partida contra su sobrino de seis años, y por tanto, se siente derrotado y no va a parar hasta superarse y logar ganarle una partida a alguien.
Viñeta 3
ResponderEliminarLucrecia es una mujer explosiva, todo el mundo queda prendado por sus atributos femeninos. En la playa, mientras se desata el pareo de un modo sugerente, los hombres de alrededor la miran pasmados. Sin embargo, entre ellos se encuentra Marcelino, que no sintiendo interés en sus enormes protuberancias, considera que la mujer es necia, pues su cuerpo sensual y su actitud seductora así lo reflejan. Válgase del ignorante si supiera que Lucrecia es una Drag Queen de gran belleza y cuatro carreras universitarias, pero claro, como vivimos en el mundo en el que vivimos, la mujer no es más que su cuerpo y por él siempre será juzgada. Para algunos será necia, para otros un trozo de carne, pero Lucrecia, ante todo, será una persona.
En la primera imagen, podemos ver un monje cortando plantas con la hoz y otro clavando algo con un martillo. Cuando ambos levantan las dos herramientas a la vez, desde el punto de vista del abad, aparece la representación del comunismo. El abad enloquece al ver ese símbolo, dado que el comunismo está en contra de la iglesia, con lo cual los propios monjes están representando un símbolo que está en su contra.
ResponderEliminarViñeta 1:
ResponderEliminarProletarios del mundo, ¡uníos!
Dos frailes están trabajando de sol a sombra en el huerto para poder recoger la cosecha y así tener algo que llevarse a la boca. Todos sabemos que los frailes no gozan de riquezas. Viven en juntos en un viejo monasterio bajo las mismas condiciones, sin embargo, fray Perico quizás por su mal genio, quizás por los años que lleva ahí, es especialmente respetado por lo demás. Un hombre serio, regio, que no aguanta el ruido ni las bromas. De repente se ha acercado al huerto para supervisar el trabajo de sus dos compañeros, y como si de un despiadado jefe se tratara, ha comenzado a gritarles y reprenderles. Según él no están siendo lo suficientemente productivos. Según él están demasiados felices. Irónicamente cuando ambos frailes, del susto de sus gritos, levantan sus aperos de labranza forman el símbolo comunista. ¡Es una señal divina!
La revolución está aquí.
Ianire
3ª viñeta:
ResponderEliminarJuan era un hombre diferente a los demás, pues su inteligencia superaba lo terrenal.
Un día se encontraba en la playa descansando, tras una dura jornada laboral, cuando observó la siguiente escena: una mujer de altas cualidades físicas pasaba por una zona repleta de hombres. Todos la contemplaban con una mirada acosadora, mientras se estaba desvistiendo para adecuarse al entorno de la playa. Ese panorama lo entristeció porque todos baboseaban mientras observaban el radiante físico de la joven, sin tener en cuenta su inteligencia u otras cualidades que pudiera tener, más allá de las físicas.
Por todo ello, Juan, a diferencia de los demás hombres, no pensaba en las curvas de la joven, sino que fue más allá e imaginó cómo sería jugar una partida de ajedrez con ella como contrincante.
Juan antepuso la inteligencia de aquella mujer a su físico porque es, precisamente, lo más importante que tenemos. El físico viene y va, pero la inteligencia es algo que se cultiva y es lo que realmente nos define.
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ResponderEliminarViñeta 1
ResponderEliminarEl primo del zar Pichulevki II, Pepe Trajín, ve cómo sus sirvientes organizan una manifestación con tintes comunistas. Otra vez. Ya les avisó tres días atrás que no iba a tolerar más comunismo en la huerta. Siempre estaban con lo mismo, y cuando les gritaba palabras muy anti comunistas, ellos aterrados, se miraban confusos entre sí.
Pepe Trajín suspira: «otra muerte más del comunismo».
ResponderEliminarTercera viñeta
- Si esa mujer me llegara a comer ficha...
Segunda viñeta:
ResponderEliminar- ¡Por fin nos juntamos toda la familia!
- ¡Un brindis por la abuela! ¡Que cumpla muchos más!
- A ver si la vieja se estira y me deja la casa de la Costa Brava en herencia.
- Sí, sí, yo le he regalado un kit de tricot para ver si me tiene en consideración a la hora de repartir.
- No sé, yo creo que todavía le quedan un par de añitos hasta que la palme.
- No me extraña que nadie esté hablando con ella, se ha quedado muy pa'llá con el parkinson la pobre...
- ¡Uy, qué tarde es! Tengo que dar de comer al pez.
- ¡Ay va, cariño! Hay que ayudar a Miguelito con los deberes de lengua.
- ¡Adiós abuelita!
- Serán cabrones...todo el día cocinando y fregando para recibir una mierda de regalos. Si supieran que todo mi oro se lo daré a mi cubanito Marcelo.
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ResponderEliminar-Ahí viene, nos ha pillado. Esta vez estamos perdidos…
ResponderEliminar- ¿Cómo osáis, gañanes, de dedicar vuestro tiempo a las labores? Eso es cosa de comunistas, ¡el enemigo! ¡Cuán de perdidos estaríamos si fuésemos como ellos! Trabajadores… ¿Además, cuántas veces os tengo que repetir que desde hace ya algún siglo eso ya no nos corresponde? Nuestra tarea es rezar y…hablar con Dios y…dialogar con el Señor y….